Esa Luz recién levantada

Hay una hora en las ciudades determinantemente feliz. Es justo cuando empieza a respirar y los ecos que antes se dejaban oír, ahora, en esta hora han callado y han sucumbido a un despertar nuevo que no obliga a llevar prisa porque el aire tranquilo de la mañana, temprano como la hora, invita a una mirada nueva, distinta y complaciente que ha barrido los avatares rutinarios del desasosiego adueñándose el tiempo del reposo....

... Hay que vivir esos momentos con serena intensidad pues luego todo se despierta demasiado aprisa y va apareciendo por las fisuras de los sonidos el pregón de la ciudad con la algarabía de las gentes, con el despliegue de urgencias como reclamo de vida y sin que ya nadie pueda detenerlo. Es otra claridad la que empieza... nada que ver con esa luz recién levantada.

18. 05. 2009
(Extracto del Libro "Mientras arde una cerilla" de Pepe Catalá)

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