Me imagino quién es el primer anónimo, pero el segundo no. No obstante os agradezco mucho los comentarios que dan mucho ánimo para seguir. Un abrazo, Pepe
Para un castellonense que, desde Madrid, no ha podido acudir puntualmente a la cita de tus artículos semanales en el “Levante” (de Castelló), es un auténtico regalo verlos reunidos en un libro y poder ¡por fin! leerlos y disfrutarlos.
Me ha parecido oportuno entrar en tu “blog” y dejar en él algunas de las impresiones que me ha producido “Mientras arde una cerilla”. Me has acercado a la actualidad, elogiando hechos como la aparición de nuevos libros (Miguel Pastor, Luis del Val) o la supervivencia de los comercios tradicionales, ante la amenaza que pueden suponer las grandes superficies. También, criticando lo que te disgusta; desde los reiterados “ataques” que viene sufriendo nuestro Parque de Ribalta, hasta el empecinamiento de mantener tradiciones tan censurables como “els bous embolats”. Me has trasladado con el recuerdo al Castellón de nuestros años mozos: las horas que pasábamos en “el tontódromo” (hasta las diez), los viejos cines, los tipos típicos, los olores, los sabores (liderados por “les rosquilletes” de la Mustia)… Me has hecho reflexionar con tus juicios, sensatos y llenos de sentido común sobre ¡tantas cosas!; el tuteo, la intolerancia, los abuelos canguros, el sexo, el saber escuchar, etc. Y, sobre todo, me ha deleitado el lenguaje poético, el lirismo que has empleado (aquí aparece el poeta que hay en ti) al escribir esos artículos, tan sencillos como bellos, que titulas “El viejo aparato de radio”.
Gracias, Pepe, por tu libro. Gracias por incluirme en él y gracias, ante todo, por el placer que me ha proporcionado el leerlo.
6 comentarios:
Eres un grande!
Cada día aprendo más de ti.
Te quiere, Adri
Un lujo. Un libro de lujo, un lujo de persona.
Me imagino quién es el primer anónimo, pero el segundo no. No obstante os agradezco mucho los comentarios que dan mucho ánimo para seguir.
Un abrazo, Pepe
Gracias generosos anónimos! vuestros comentarios me animan a seguir.
Un abrazo, Pepe Catalá
Para un castellonense que, desde Madrid, no ha podido acudir puntualmente a la cita de tus artículos semanales en el “Levante” (de Castelló), es un auténtico regalo verlos reunidos en un libro y poder ¡por fin! leerlos y disfrutarlos.
Me ha parecido oportuno entrar en tu “blog” y dejar en él algunas de las impresiones que me ha producido “Mientras arde una cerilla”. Me has acercado a la actualidad, elogiando hechos como la aparición de nuevos libros (Miguel Pastor, Luis del Val) o la supervivencia de los comercios tradicionales, ante la amenaza que pueden suponer las grandes superficies. También, criticando lo que te disgusta; desde los reiterados “ataques” que viene sufriendo nuestro Parque de Ribalta, hasta el empecinamiento de mantener tradiciones tan censurables como “els bous embolats”. Me has trasladado con el recuerdo al Castellón de nuestros años mozos: las horas que pasábamos en “el tontódromo” (hasta las diez), los viejos cines, los tipos típicos, los olores, los sabores (liderados por “les rosquilletes” de la Mustia)… Me has hecho reflexionar con tus juicios, sensatos y llenos de sentido común sobre ¡tantas cosas!; el tuteo, la intolerancia, los abuelos canguros, el sexo, el saber escuchar, etc. Y, sobre todo, me ha deleitado el lenguaje poético, el lirismo que has empleado (aquí aparece el poeta que hay en ti) al escribir esos artículos, tan sencillos como bellos, que titulas “El viejo aparato de radio”.
Gracias, Pepe, por tu libro. Gracias por incluirme en él y gracias, ante todo, por el placer que me ha proporcionado el leerlo.
Ya estoy deseando promocionarlo.
Víctor Agramunt Oliver.
Gracias por vuestras alentadoras palabras. Criterios así estimulan mucho y le dan ganas de proseguir.
Os envío un abrazo.
Pepe Catalá
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